- la hermandad pictórica
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3 textos de

Francisco Calvo Serraller

sobre las 3 pintura superior reproducidas abajo
y publicadas en el catálogo de la exposición
 
Ante Diem
Sala Luzán. Zaragoza, 1989
 

peregrino

LA HORA EN QUE EL NUEVO PEREGRINO SE SIENTE HERIDO DE AMOR
 
Angel Pascual Rodrigo. 1988
Oleo / tela en 3 piezas. 92 x 138 cm
Colección particular
 

Texto sobre esta pintura en catálogo exposición
Sala Luzán Zaragoza 1989

 Francisco Calvo Serraller
 

Mirada desde la altura de las cumbres sobre un lecho acuático, de calmas

aguas profundas. La caída del sol es majestuosamente pausada, de cadencia

inverniza, filosófica. Color sin calor, sentimiento con pensamiento, soledad y

silencio. Es el paisaje del eremita, del sabio retirado en lo inaccesible para

encontrar la verdad. Brumas y pálidos reflejos abriéndose una senda sobre una

mar de ceniza, las ascuas frías de esta verdad última franquean el paso a la

noche. Y el poeta de la noche, Novalis, ha escrito así su himno: «Pero me vuel-

vo hada el valle, a la sacra, indecible, misteriosa Noche. Lejos yace el mundo

—sumido en una profunda gruta— desierta y solitaria es su estancia. Por las

cuerdas del pecho sopla profunda tristeza. En gotas de rocío quiero hundirme y

mezclarme con la ceniza. —Lejanías del recuerdo, deseos de la juventud, sue-

ños de la niñez, breves alegrías de una larga vida, vanas esperanzas se acercan

en grises ropajes, como niebla del atardecer tras la puesta del sol. En otros

espacios abrió la luz sus bulliciosas tiendas. ¿No tenía que volver con sus hijos,

con los que esperaban su retomo con la fe de la inocencia?».
 



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VOLVI LA MENTE Y LOS OJOS DONDE ELLA QUISO

Oleo / tela. 27 x 73 cm
Angel Pascual Rodrigo. 1988

Texto sobre esta pintura en catálogo exposición
Sala Luzán Zaragoza 1989

 Francisco Calvo Serraller
 

Para comentar la serena armonía que ordena este paisaje en amplísima lon-

tananza, viene bien recordar, de nuevo, las palabras de Shan Shui Hsün, nunca

superfluas: «Una montaña grande es tan majestuosa que se convierte en señora

de multitud de otras, ordenadamente dispuestas a su alrededor. Se convierte en

gran señora de colinas y laderas, bosques y valles, ya sean lejanos o cercanos,

pequeños o grandes. Su apariencia es la de un emperador majestuosamente

sentado en toda su gloria, aceptando el servicio de sus vasallos y dándoles

audiencia, sin signos de arrogancia o altivez». Altiva o accesible, yo no llamaría

emperatriz a la elevada montaña, que, coronando la cordillera, se enseñorea en

este paisaje, que, posee, sin embargo, el encanto sereno de un orden larga y

sabiamente sedimentado, silencioso e intemporal. La luz difusa, que se reparte

homogéneamente por entre las cosas, cual si fuera la suave emanación o el halo

exhalado por su propia piel, tiene un no sé qué de la pureza de ciertos paisajes

del siglo XV italiano.


ANDAR
EN CUANTO ESTUVE A SU LADO,
LA HERMOSA MUJER COMENZO A ANDAR
 
Angel Pascual Rodrigo. 1988
Oleo / tela. 146 x 114 cm
Colección particular

 
Texto sobre esta pintura en catálogo exposición
Sala Luzán Zaragoza 1989 

Francisco Calvo Serraller
 

Arde el mar, vibrantes las encendidas brasas del crepúsculo. Esta geografía

sentimental, muy romántica, con su torre vigilante en la cúspide de la montaña,

forma un cuadro de extraña quietud, un atardecer de aguas estancadas. Me

recuerda las estrofas de El regreso, de Heine:
 

«Llega la noche; la bruma

del mar cubre con su manto;

murmuran las verdes ondas

con ecos dulces y extraños,

y una sombra se levanta

sobre el mar abandonado».



Ver video

8:45 minutos
Arqueologica circiter, última exposición de LA HERMANDAD
Salas de la Diputación de Huesca 1989
 
Versión en base a la realización de Eugenio Monesma

con textos de Francisco Calvo Serraller