UMBRA PASCENS SATA
Temple acrílico / tela. 2004. 130 x 97 cm. c/u Colección particular
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LA NOSTALGIA DE LOS AMANECERES Xesc
Bujosa |
If
you´ve ´eard the East a-callin´,
you won´t never ´eed naught else R. Kipling
Me gustaría tener la entereza necesaria para guardarlo, pero ¿qué quieren que les diga? soy un chismoso incorregible y traicionándome a mi mismo voy a revelar uno de los secretos mejor guardados de Angel Pascual Rodrigo. Yo le he visto escabullir muchas veces de la pregunta por no mentir, o para conservar toda la intriga que lleva la cuestión. Una pregunta muy sencilla que, ya digo, se repite una y otra vez. ¿Por qué te fuiste, Angel? ¿Por qué dejaste tu Moncayo? ¿Por qué abandonaste los cielos tan limpios, las formas tan puras que tienen los objetos en Aragón? Cielos y formas que proporciona el viento cuando sopla con intensidad, allá en la hermosa tierra aragonesa. ¿Por qué abandonaste la útil y armoniosa habla castellana para vivir en una sociedad que tiene otra lengua tan hermosa como la castellana pero mucho mas difícil de conocer? ¿Qué necesidad tenías de aprender un idioma con ocho vocales si con las cinco del castellano es suficiente para los mejores versos que escritor --Juan Ramón Jimenez, Jorge Luís Borges-- pueda concebir? Yo comprendo que Angel se escabulle porque si dijera la verdad le podrían tomar por un cursi o por un paleto en astronomía. Pero como yo asumo de antemano los dos adjetivos, la expondré. Esta razón objetiva y subjetiva al mismo tiempo no es otra que Mallorca está al oriente de Aragón. ¿Qué importancia tiene eso, se preguntarán? Para él, y para mi, mucha; y es que en Mallorca amanece antes que en Aragón y también los esbeltos crepúsculos anteceden a los de la amable capital del Ebro. Algún racionalista pensará que esta afirmación es relativa y creerá tener toda la razón cuando afirme que en Aragón existen amaneceres esplendorosos y enaltecidos crepúsculos. Es verdad pero de lo que se trata --lo que Angel busca para pintar-- no son de las madrugadas y de los atardeceres, sino la nostalgia que sentimos de ellos cuando han finalizado y esta nostalgia, por suerte o por desgracia, también se siente antes en Mallorca que en Aragón. Los colores que Angel busca, los de la virginal madrugada y los del silencioso crepúsculo, son los colores de la vida y la muerte, otros dos temas nucleares en la obra del pintor aragonés afincado en Mallorca. Uno de mis autores preferidos, que ha sido hurtado a la cultura castellana, dijo que cuando dos personas están de acuerdo es que existe un malentendido. Es lo que me pasa con Angel en nuestras discusiones. Yo sé que si me da la razón es que no ha acabado de entenderme bien y cuando le doy yo la razón no puedo evitar pensar que quizá no he entendido del todo lo que ha querido decir. Y es que entre Angel y yo existen muchas discrepancias. Diría que afortunadamente, porque si no existieran no habría forma de aprender, que es de lo que se trata cuando se discute. La causa de nuestros pareceres opuestos recae en que Angel tiene la mirada enfocada hacia Oriente y hacia el pasado y yo la tengo puesta en Occidente y en el futuro. Cuando me habla, yo, de manera dialéctica, le concedo la razón. Pero añado raudo que no hay que olvidar las aspirinas. Y quien dice las aspirinas dice la antisepsia, la anestesia, el teléfono, la televisión, la predicción meteorológica, los tocadiscos, los antibióticos, las vacunas, la píldora, internet, la fotografía, etc. El contesta que detrás de todo eso existen unas desventajas: la polución, la desaparición de especies, los residuos tóxicos, el comercio injusto, la bomba atómica, etc. Y así pasan los días y las noches sin que ninguno de los dos sea capaz de desmentir los argumentos que se oponen a su preferencia. He pensado reiteradas veces que nuestras conversaciones entre las ventajas y desventajas de la cultura oriental y occidental son también un subterfugio para no nombrar la más fatídica de las palabras. Pero esta palabra existe inevitablemente detrás de cada una de nuestras peroratas y algún día se convertirá en necesaria. Porque la muerte está siempre presente en la obra de Angel e incluso me atrevería a decir que pintar es la gran arma que Angel emplea para luchar contre ella. En la exposición Y ASI PASA Y QUEDA la idea de la muerte se hace explícita y para tal fin utiliza el mito de Atala, un drama romántico de Chateaubriand que dio origen a un hermoso cuadro de Girodet. Esta novela ha sido considerada como una de las iniciadoras del sentimiento romántico ya que esta princesa --Atala-- se suicida por cumplir con la palabra dada a su madre. En el montaje que Angel presenta en la SALA LUZAN se rinde homenaje a Chateaubriand, a Girodet y también --¿cómo no? tratándose de Angel Pascual Rodrigo-- al Giorgone, que inventó el paisaje-decorado. Según cuenta Vasari, Giorgone tuvo una muerte romántica avant-la-lettre ya que falleció porque se negó a abandonar a su amada que estaba sufriendo la peste. El
homenaje a Giorgone
nos permite una lectura menos erudita de la obra de Angel y que
yo casi prefiero a la anterior puesto que su pintura parece el decorado
natural de un wester americano. La pintura de Angel evoca en
mí de forma irremediable la película "Shane" que tantas
horas ocupó en
mi imaginario infantil. Cuando yo era Alan Ladd que cabalgaba un
hermoso alazán,
cuatralbo y careto. .
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