Correo recibido de Elisa Moliner
(1-10-07):
...me hace mucha ilusión
que hayas retomado ese precioso árbol de Añisclo...
Para
mí es... no sé decirte bien, la verdad. Es el
símbolo
del árbol afortunado: lo es porque vive en la roca, asomado al
agua, oyendo el
correr del río, arropado por el cañón, porque todo
él es precioso, con su
estampa empecinada en la frontera, empeñado en vivir a pesar de
que no lo ha
tenido fácil, basta ver cómo se ha plegado a sus propias
circunstancias. Es un árbol
sabio porque se ha adaptado curvándose desde el principio a lo
que le ha tocado
vivir, y que con el tiempo se ha convertido en un espectáculo
ahí, en primera línea,
bien plantado...
Y por
añadidura, está al inicio del cañón,
un adelanto de la maravilla de la montaña.
Para mi es como visitar a
un viejo
conocido, y en este caso doblemente: el árbol y el cuadro. |